Una de las cosas mas radicales y sosas que te pueden pasar en la CDMX es que tengas una pelea en el metro, por lo general es vergonzoso y terminas cansado, golpeado y más enojado que antes; pero en fin hoy les contaré de la vez que gane una pelea sin dar un sólo golpe, y aún así mi contrincante termino bastante mal. Todo empezó cuando me subí en la estación del metro Popotla de la línea dos del metro, ese día había decidido ver algunos asuntos con mis papeles de Bátiz(CECyT 9 Juan de Dios Bátiz Paredes, lugar donde estudié el bachillerato), y como era costumbre, en metro normal subieron bastantes chavos pertenecientes a las escuelas de la zona, había una normal, varias escuelas del politécnico y muchas donde impartían inglés

 

entre las personas que abordaron el metro, estaban una pareja que en particular llamo mi atención, sobretodo ella; era una mujer bonita con una cara sensual que provocaba a la imaginación, además de ser delgada y con una frondosa delantera(ustedes saben, un buen para de razones para ver); sin embargo yo era bastante malo para disimular la atracción que esta chica me provocaba y su novio(de 19 años aproximadamente) me hizo señas, mismas que ignore, le llevaba cinco años, tenia un cuerpo mucho mas prominente que el de él y además en aquellas épocas practicaba Kickboxing y no tenía tanto miedo a involucrarme en una pelea; al llegar a metro Miguel Hidalgo ellos tenían que bajar, es una estación bastante concurrida ya que es el transborde con la línea 3, pero a aquel mocoso se le ocurrió empujarme y tratar de darme un codazo, el cual fallo y su empujón no causo mella en mi, aún así le di un empujón de vuelta, mismo que trato de responder con un golpe, uno muy lento para mis habilidades y reflejos de aquel entonces, así que lo esquive con mucha facilidad, sin embargo en ese instante entraban por la puerta una señora, de aproximadamente unos 35 años y su esposo, un hombre enorme, alto y corpulento, y para la sorpresa de todos, aquel golpe dirigido hacia mi persona, termino en el rostro de esa desafortunada señora. Como todos sabemos a nadie nos gustaría que golpeasen a nuestra pareja, así que aquel señor se ensaño con aquel pobre chaval, lo sujeto con una de sus manos y lo lanzo al suelo, en donde lo remato con varios puntapies y al parecer un escupitajo; yo no alcance a ver como termino todo, para ese entonces yo me había salido ya del vagón, no quise saber que pensaría aquel hombre de mi, y si consideraba que yo también necesitaba algún castigo, o que aquel chaval quisiera seguir con su vendetta, o cualquier otra acción de alguien mas, para mi lo mas factible fue salirme de escena...